Argentina: endeudamiento y dictadura militar
Traducción de un capítulo del
libro La Bolsa o la Vida, de Eric
Toussaint, presidente del Comité de anulación de la deuda del Tercer Mundo
(CADTM),
Traductor : Alexandre Nikichuk.
El período durante el cual la
deuda argentina explotó, corresponde a la dictadura militar del general Videla
(1976-1981). La política económica de Martinez de Hoz, ministro de Economía
de la dictadura, aplicada a partir del 2 de abril de 1976, marca el comienzo de
un proceso de destrucción del aparato productivo del país, creando las
condiciones para une economía de especulación que devasta al país.
La mayoría de los empréstitos
otorgados a la dictadura argentina, provenía de los bancos privados del Norte.
Hay que destacar el completo acuerdo de las autoridades de los Estados Unidos
(ya sea la Reserva Federal o la administración americana), con esta política
de endeudamiento. Los conductores argentinos de la política de endeudamiento
eran el ministro de economía, Martinez de Hoz y el secretario de estado de
coordinación y programación económica, Guillermo Walter Klein. Para conseguir
empréstitos de bancos privados, el gobierno exigía a las empresas argentinas
endeudarse con los bancos privados internacionales.
Las empresas públicas se
convierten así en la palanca fundamental para la desnacionalización del
Estado, y la pérdida de la soberanía nacional.
Endeudamiento obligado de las empresas públicas
Es así, por ejemplo, que la
principal empresa petrolera pública argentina, YPF (Yacimientos Petrolíferos
Fiscales), fue obligada a endeudarse en el exterior, a pesar de que disponía de
recursos suficientes para su propio desarrollo. En el momento del golpe militar
del 24 de marzo de 1976, la deuda externa de YPF era de 372 millones de dólares.
Siete años más tarde, al final de la dictadura, esta deuda llegaba a los 6000
millones de dólares. El endeudamiento se había multiplicado por 16 en siete años.
Casi ningún empréstito en
divisas extranjeras llegó a las cajas de la empresa, sino que quedaron en manos
de los dictadores. Bajo la dictadura, la productividad de cada trabajador de YPF
aumentó el 80%. El total del personal se redujo de 47 000 a 34 000 empleados.
Para aumentar los recursos de las
cajas, la dictadura disminuyó a la mitad
el dinero reintegrado a YPF sobre las ventas de combustibles al público. Además,
YPF estaba obligado de entregar el petróleo extraído a las empresas
multinacionales privadas Shell y Esso para su refinamiento, cuando hubiera
podido disponer de una refinería propia, dada su buena situación financiera.
En junio de 1982, todo el activo de la empresa estaba representado por el
endeudamiento.
Los responsables económicos de
la dictadura y el FMI (Fondo Monetario Internacional), justificaron el
endeudamiento masivo del estado argentino, con el objeto de aumentar sus
reservas en divisas extranjeras y así poder sostener una política de apertura económica. Si se hubiera tratado
de una buena gestión económica, el aumento de las reservas internacionales del
estado argentino, tendrían que haber surgido del producto de sus actividades de
intercambio en el mercado mundial. Sin embargo, las reservas internacionales
anunciadas por la dictadura argentina provenían del endeudamiento.
Las reservas no eran
administradas ni menos aún controladas por el Banco Central. En general, los
fabulosos montos prestados por los bancos del Norte, eran inmediatamente
colocados bajo forma de depósitos en esos mismos bancos o en bancos
concurrentes. 83% de estas reservas fueron invertidas en 1979 en instituciones
bancarias situadas fuera del país.
Les reservas se elevaron a 10.138
millones de dólares y las
inversiones en los bancos exteriores a 8 410 millones de dólares. En ese mismo
año, la deuda exterior pasaba de de12.496 millones de dólares a 19.034
millones (Olmos,1990, pág. 171-172). En todos los casos, el interés percibido
por los montos depositados, era inferior al interés debido por los empréstitos.
La lógica de esta política que habían trazado
las autoridades argentinas era:
1) enriquecimiento personal
gracias a la percepción de comisiones abonadas por los bancos del Norte;
2) aumento de las reservas
internacionales de manera a poder sostener un importante aumento de las
importaciones, sobre todo de la compra de armas;
3) política de apertura económica
y de endeudamiento recomendados por el FMI lo que permitíría a la dictadura
argentina mejorar su credibilidad internacional por parte de los principales países
industrializados, comenzando por los Estados Unidos.
La dictadura argentina no hubiera
podido mantener un régimen de terror interno en los primeros años (1976-1980)
sin la bendición de la administración norteamericana.
Por su parte, la Reserva Federal
norteamericana favorecía cada vez más la política económica de la dictadura,
porque una gran parte del dinero prestado estaba depositado en los cofres de los
bancos de los Estados Unidos. Del punto de vista de la administración americana
y del FMI, el endeudamiento argentino provocaba la entrada en la zona de
influencia americana de un país que durante décadas, había manifestado un
nacionalismo sedicioso y había logrado cierto despegue económico en el marco
del régimen peronista.
El endeudamiento del sector privado
Las empresas privadas argentinas
y las filiales argentinas de las multinacionales extranjeras fueron igualmente
incitadas a endeudarse. La deuda total privada ascendió a más de 14.000
millones de dólares.
Mezcla rara ...
El secretario de estado de
Coordinación y Programación Económica,
Walter Klein, ocupó este puesto desde 1976 hasta marzo de 1981.Al mismo tiempo,
dirigía un estudio privado que representaba en Buenos Aires los intereses de
acreedores extranjeros.
Cuando inició sus
funciones, su oficina representaba los intereses de un solo banco: el
Scandinavian Enskilda Bank. Algunos años más tarde, representaba los intereses
de 22 bancos extranjeros. En marzo de 1981, abandona su puesto de secretario de
estado cuando el general Viola reemplaza al general Videla a la cabeza de la
dictadura. Algunas semanas más tarde, el 7 de abril de 1982, cinco días después
de la ocupación de las Islas Malvinas (Iles Falkland) por el ejército
argentino, y la entrada en guerra contra Gran Bretaña, fué designado
representante legal en Buenos Aires de la sociedad anónima británica Barclays
Bank Limited que era uno de los principales acreedores de la deuda pública y
privada argentina.
A la caida de la dictadura y el
acceso al poder de Alfonsin en 1984, su oficina se mantuvo como defensora de los
intereses de los acreedores extranjeros.
La postdictadura militar: el gobierno de Alfonsín y la impunidad
El Banco Central argentino
declara no tener ningún registro de la deuda exterior pública, de modo que las
autoridades argentinas que sucedieron a la dictadura, debieron basarse en las
declaraciones de los acreedores extranjeros y en los contratos firmados por los
miembros de la dictadura sin que estos hubieran sido refrendados por el Banco
Central.
Sin embargo, luego de la caída
de la dictadura, el nuevo régimen decidió asumir, bajo la Presidencia del Dr.
Alfonsín, el total de la deuda, fuere pública o privada, contratada durante el
período de la dictadura.
Al mismo tiempo
que los militares torturadores obtenían la impunidad bajo la ley de
punto final y de obediencia debida decidida en 1986 y 1987, los responsables
económicos de la dictadura se beneficiaban con la misma clemencia.
La mayoría de los altos
funcionarios de la economía y de las finanzas, se quedaron en el aparato del
Estado, y algunos se beneficiaron con promociones.
Los militares comprometidos en la
represión que provocó por lo menos 30 000 muertos, siguieron igualmente en
funciones y se beneficiaron con jubilaciones anticipadas.
Estalló, sin embargo, un escándalo
porque uno de ellos, el capitán Astiz, rompió por
primera vez la ley del silencio observada por los militares : "En
1982, un amigo me pregunta si hubo desaparecidos. Contesté : seguro, por lo
menos 6 500, o más, pero no más de 10 000. Todos fueron eliminados" (Le
Soir ,enero de 1998).
El Estado se encarga de la deuda de las empresas privadas
Entre las empresas privadas
endeudadas figuran las filiales argentinas de sociedades multinacionales tales
como: Renault Argentina,
Mercedez-Benz Argentina, Ford Motor Argentina, IBM Argentina, City Bank, el
First National Bank of Boston, el Chase Manhattan Bank, el Bank of America, el
Deutsche Bank.
El estado argentino reembolsa a
los acreedores privados de estas empresas :
Renault France, Mercedez Benz, City Bank, Chase
Manhattan Bank, Bank of America, First National Bank of Boston, Crédit
Lyonnais, Deutsche Bank, Société
Générale.
En resumen, el contribuyente
argentino reembolsa la deuda contratada por las filiales de las multinacionales
en las casas madres o en los bancos internacionales. Es dable sospechar que las
multinacionales en cuestión, crearon la deuda de sus filiales argentinas
mediante un simple juego de escrituras. Las autoridades argentinas no disponen
de ningún medio de control sobre este asunto.
El régimen de Menem que sucedió
a Alfonsín, se lanzó entre 1990 y 1992 a una política generalizada de
privatizaciones, liquidando literalmente una gran parte del patrimonio nacional.
Se considera que esta política
representó una pérdida de 60.000 millones de dólares. Menem pretextó el
formidable endeudamiento de las empresas públicas argentinas, para justificar
ante la opinión pública nacional la venta de dichos bienes. La mala situación
financiera de estas empresas se debía en realidad a la política de
endeudamiento forzado impuesto por las autoridades económicas de la dictadura,
y a que las sumas prestadas nunca llegaron a sus cajas. Menem confió al Banco
norteamericano Merril Lynch la valuación de YPF. Merril Lynch disminuyó
deliberamente en un 30% las reservas petrolíferas disponibles con el objeto de
subestimar antes de su venta, el valor de YPF. Una vez realizada la privatización
la parte de las reservas ocultadas reapareció en las cuentas.
Los operadores financieros que
habían comprado las acciones de YPF a bajo precio, pudieron así cobrar
beneficios formidables gracias al aumento de las cotizaciones en la Bolsa de
valores. Esta operación permitía además demostrar la superioridad de lo
privado sobre lo público.
Observación : el mismo banco
norteamericano Merril Lynch fué encargado por el presidente brasileño Fenando
Enrique Cardoso, de proceder en 1997 a la evaluación de la principal sociedad pública
brasileña Vale do Rio Doce (empresa de extracción de minerales). Merril Lynch
fué acusado por numerosos parlamentarios de Brasil de haber subvaluado en un
75% las reservas minerales de la empresa (fuente O Globo, 8 de abril de 1997,
Brasil).
Además de YPF, otro emblema
argentino fué rematado : se trata de Aerolíneas Argentinas. Los Boeings 707 de
la flota, fueron vendidos por un dólar simbólico (1,54 $ exactamente!).
Algunos años más tarde, estos aviones siguieron siendo utilizados en los
vuelos de la compañía privatizada. Los derechos de utilización de las rutas aéreas
de la compañía, cuyo valor era de
800 millones de dólares, fueron estimados en solamente 60 millones. La empresa
fue cedida al sector privado mediante el pago al contado de 130 millones de dólares;
el resto estaba constituido por anulaciones de créditos de deuda. Todas las
empresas fueron cedidas sin deudas, ya que éstas fueron tomadas absorbidas por
el estado argentino.
El escándalo de la deuda
argentina, en los años que siguieron a la dictadura, suscitó el interés de
los ciudadanos. El gobierno civil que sucedió a los militares, formó una
comisión parlamentaria que, fue disuelta después de un año y medio de
trabajo, debido a que sus conclusiones arriesgaban el debilitamiento de la política
económica de Alfonsín, quien decidió entre tanto nacionalizar la deuda. El
presidente Menem, también había combatido contra los responsables del
endeudamiento. Pero, una vez en el poder, abandonó toda intención de abordar
el tema, ahora tabú. A pesar de todos los arreglos y de todas las prórrogas,
existe sin embargo un proceso en curso. Es el resultado de una denuncia
introducida en octubre del 82 por un ciudadano argentino, Alejandro Olmos, en
momentos en que Argentina estaba bajo la dictadura.
Este periodista valiente e
infatigable, obtuvo que se considerara que la cuestión de las responsabilidades
sobre el endeudamiento del país fuera objeto de una encuesta realizada por las
autoridades judiciales. Se produjeron entonces múltiples audiencias con
responsables económicos de la dictadura y con responsables de las empresas públicas.
El estudio de Walter Klein fué allanado y una gran parte de los documentos
relativos al período de la dictadura fue embargada y depositada en los cofres
del Banco Central. Quince años más tarde, y a pesar de las evidentes pruebas
de culpabilidad de personas como
Martinez de Hoz y de Walter Klein, el proceso no ha terminado y se teme que no
se llegara nunca al pronunciamiento de condenas.
Mientras tanto, la Argentina
reembolsa sumas extraordinarias por los servicios de la deuda. Lo que no impide
que la deuda siga aumentando día a día.
Las empresas públicas estratégicas
pasaron a manos del capital privado. El Banco Central no está más autorizado a
emitir moneda, el gobierno de Menem decidió acogerse al régimen del currency
board : la cantidad de pesos moneda nacional en circulación depende
estrictamente de la cantidad de divisas extranjeras de que dispone el Banco
Central (Cartapanis y otros,1996, p. 66 y siguientes)
Evolución de la deuda argentina
En 1976 :
8,2 billones de $;
en 1980 :
27,1 billones;
en 1983 :
43,5 billones;
en 1993 :
74,5 billones;
en 1995 :
84,0 billones;
en 1996 :
96,2 billones;
en 2000 :150,0 billones.
Nota : un billon = 109.